El pasado 31 de marzo partió a la eternidad quien fuera uno de los más preclaros hombres de nuestra política nacional: el Dr. Raúl Alfonsín. Luego de ver los funerales de Estado con los que fue honrado, no queda menos que hacer una reflexión sobre la vida de este ciudadano que pertenece a la historia de los grandes y que se llevó el máximo honor al que puede aspirar un hombre político: el calor de todo un pueblo unido sin colores partidarios y cobijado bajo el manto de nuestra enseña patria. Pertenece el difunto a esa clase casi en extinción de políticos honestos, pero lo que más valoramos es su pasión por el diálogo, el respeto por las Instituciones de la República y su ardiente lucha por la paz. Bajo su mandato se produjeron hechos de trascendencia clave en nuestra vida argentina: el juicio a la Juntas Militares, el referéndum sobre la cuestión del Beagle, la ley de divorcio vincular. Nunca avasalló por decreto aquello que era un bien común y por eso bien merecido tiene el título que le tributó el pueblo “Padre de la Democracia”. En aquel diciembre de 1983 donde el Dr. Alfonsín nos devolvía la libertad de expresión, bajo la recuperada democracia, la Iglesia Católica Apostólica Argentina -no romana- (ICAA), volvía a luchar abiertamente por sostener los ideales carlistas, sobre el suelo argentino; aún estamos en ese arduo camino que para nosotros vale la pena recorrer, sabiendo que solo buscamos llevar la doctrina amorosa de Nuestro Señor Jesucristo, sin fines políticos ni económicos. Su Excelencia Monseñor Luis Bergonzi, acompañado del Padre Canciller y de sus Familiares de Cámara, asistió al Salón Azul del Palacio del Congreso donde rezó un responso junto al féretro del Mandatario extinto. Allí saludó a S.E. Mons. Arancedo Arzobispo de Sta. Fe, primo del Dr. Alfonsín. Este sábado 4 de abril por la tarde, en la Parroquia “Santiago Apóstol” -Sede de la Diócesis- se ofrecerá la Santa Misa por el alma del fallecido. Concédele Señor el descanso eterno y brille para él la luz que no tiene fin!
domingo, 5 de abril de 2009
FALLECIÓ EL EX – PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA RAÚL ALFONSÍN
El pasado 31 de marzo partió a la eternidad quien fuera uno de los más preclaros hombres de nuestra política nacional: el Dr. Raúl Alfonsín. Luego de ver los funerales de Estado con los que fue honrado, no queda menos que hacer una reflexión sobre la vida de este ciudadano que pertenece a la historia de los grandes y que se llevó el máximo honor al que puede aspirar un hombre político: el calor de todo un pueblo unido sin colores partidarios y cobijado bajo el manto de nuestra enseña patria. Pertenece el difunto a esa clase casi en extinción de políticos honestos, pero lo que más valoramos es su pasión por el diálogo, el respeto por las Instituciones de la República y su ardiente lucha por la paz. Bajo su mandato se produjeron hechos de trascendencia clave en nuestra vida argentina: el juicio a la Juntas Militares, el referéndum sobre la cuestión del Beagle, la ley de divorcio vincular. Nunca avasalló por decreto aquello que era un bien común y por eso bien merecido tiene el título que le tributó el pueblo “Padre de la Democracia”. En aquel diciembre de 1983 donde el Dr. Alfonsín nos devolvía la libertad de expresión, bajo la recuperada democracia, la Iglesia Católica Apostólica Argentina -no romana- (ICAA), volvía a luchar abiertamente por sostener los ideales carlistas, sobre el suelo argentino; aún estamos en ese arduo camino que para nosotros vale la pena recorrer, sabiendo que solo buscamos llevar la doctrina amorosa de Nuestro Señor Jesucristo, sin fines políticos ni económicos. Su Excelencia Monseñor Luis Bergonzi, acompañado del Padre Canciller y de sus Familiares de Cámara, asistió al Salón Azul del Palacio del Congreso donde rezó un responso junto al féretro del Mandatario extinto. Allí saludó a S.E. Mons. Arancedo Arzobispo de Sta. Fe, primo del Dr. Alfonsín. Este sábado 4 de abril por la tarde, en la Parroquia “Santiago Apóstol” -Sede de la Diócesis- se ofrecerá la Santa Misa por el alma del fallecido. Concédele Señor el descanso eterno y brille para él la luz que no tiene fin!
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