martes, 7 de julio de 2009

6 de julio – DÍA DE SAN CARLOS DUARTE

En recuerdo del 6 de julio de 1945 en que Dom Carlos Duarte Costa -por entonces Obispo Titular de Maura- fundara la Iglesia Católica Apostólica Brasilera, todos sus hijos espirituales en el mundo entero celebramos el “Día de san Carlos Duarte”. Después de recibir la excomunión de parte del Papa romano Pío XII, Dom Carlos -que ya estaba luchando por liberar al Pueblo de Dios del yugo del Vaticano- en este día organiza usando su potestad episcopal, la que sería el puntapié inicial de todos los movimientos que hasta el presente trabajan separados de Roma pero NO de la fe católica y apostólica. Dom Carlos inmediatamente regula el Clero que no distingue entre casados y célibes, traduce al portugués los rituales, estructura el gobierno colegiado de la Iglesia y formaliza el uso de los ornamentos litúrgicos. Su lucha fue indecible; los más próximos lo traicionaron y le dieron grandes sufrimientos pero como dijo Nuestro Señor “si el grano de trigo no muere no da fruto” así Dom Carlos todo lo dio por la Iglesias Católicas Nacionales. Acá en Argentina todos los movimientos eclesiales o congregaciones no romanas tienen origen en la nuestra Iglesia Católica Apostólica Argentina no romana que tiene la sucesión apostólica de Dom Carlos Duarte Costa y él ha sido el instrumento usado por el Señor para dar vida a tantas comunidades que no han encontrado su lugar en otro lado. Arremetió contra el centralismo papista del Vaticano que ha convertido a los Obispos de Roma en semidioses basando su pretendida autoridad universal en una interpretación errónea de la Escritura y gracias a san Carlos Duarte muchos de nosotros hemos llegado a ser Sacerdotes lo que NO hubiéramos logrado nunca en Roma, por ejemplo. Él decía “una Iglesia libre en un Estado libre” y esto es por lo que seguimos luchando sus hijos espirituales; que en nuestra Constitución no aparezca NUNCA más el artículo 2 y de verdad tengamos igualdad para todos los cultos. Partió lleno de virtudes el 26 de marzo de 1961 y en 1970 el Concilio Nacional del Brasil lo elevó a la gloria de los altares desde donde junto a la Santísima Virgen Niña -a quien amó con pasión- intercede por nosotros. Que su ejemplo nos anime siempre a luchar para que la fe católica brille con todo esplendor y que el no ser romanos nunca nos avergüence; más bien tomemos conciencia del camino que nos trazó el Señor. En comunión con su sucesor en la lucha, Su Beatitud Dom Luis Fernando Castillo Méndez de Brasilia –nuestro Patriarca Mundial- seguimos con la mano en arado sin mirar atrás.

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