Este 24 de marzo se cumple un nuevo aniversario (1976) del golpe de Estado perpetrado por las Fuerzas Armadas que instauraron ilegítimamente en el poder al dictador y ex general Jorge Rafael Videla. En el amanecer de ese día negro para la historia argentina, del cual se hubiera avergonzado el Padre de la Patria Gral. don José de San Martín, las fuerzas militares derrocaron a la Presidenta Constitucional de la República Excma. Sra. María Estela Martínez Vda. de Perón e instalaron un terrorismo de Estado que intentó reemplazar la Ley y los Códigos procesales por la picana, los golpes, la tortura, las desaparaciones y la muerte. Es muy cierto que no solo estos desgraciados hechos solo se producen "manu militari" sino que también hubo muchos civiles, algunos de ellos traidores y reaccionarios, que apoyaron y hasta avalaron la dictadura, lo peor es que varios eran funcionarios de un Gobierno legítimo. Sería pueril y hasta con tufillo a complicidad silenciar la actitud del oficialismo de la Iglesia Católica Romana -que aún cuando sufrió en muchos de sus miembros la persecusión- oficialmente por medio de la cúpula de su Conferencia Episcopal avaló, bendijo y compartió en no pocas ocasiones, la sangrienta represión que trajo el mal llamado "Proceso de Reorganización Nacional" (en realidad fue de desorganización y dolor para quien no pensara como ellos). Aún hoy quedan resabios bien marcados de ese concubinato espúreo entre el Vaticano y los militares
usurpadores del poder en la Patria; fue el dictador Videla el que firmó la ley de cultos que hasta hoy permite a la Iglesia de Roma tener privilegio sobre todos los demás cultos y que sus Obispos cobren el sueldo de un Juez y tengan jubilación de privilegio. Como Iglesia Católica Argentina NO ROMANA sufrimos persecusión, allanamientos, denuncias y hasta la baja del registro de Culto que -curiosamente- nos quitaron el 17 de octubre de 1983. Así y todo nosotros no somos Sacerdotes y Obispos por un número; lo somos por la Sucesión Apostólica y mientras el espíritu de la dictadura esté como Ley de Culto, será difícil que se avance. Aún oímos los argentinos y argentinas los gemidos de tantas personas torturadas, el dolor de las madres que nunca más han visto a sus hijos y oímos también el doloroso "por algo habrá sido" o "en algo raro andaría". Como católicos nacionales instamos al perdón pero NUNCA al olvido; los fantasmas aún
están entre las tinieblas de la sociedad y esto no es fatalismo: nuestros Obispos y Sacerdotes que SÍ caminan entre el pueblo, perciben cuanta falta hace alertar en el buen uso de nuestros derechos para que como dijera el Fiscal Strassera en el juicio a las Juntas (del terror) esto no suceda NUNCA MÁS. Gracias Excelentísima Señora Presidenta de la República doña Cristina por dar en concreto con el Día de la Memoria Nacional al tiempo que invitamos a todos los católicos nacionales a seguir luchando sin odios ni revanchismos por un Patria para todos hasta que finalmente nos abracemos en la Jerusalén Celestial. Después de esa sangre, esos enfrentamientos entre paisanos, ese orgullo de los que fueron condenados, esos pañuelos blancos, esos mártires, esas razzias, ese odio,esas Malvinas, cobran más sentido las últimas palabras de la vida terrenal del augusto creador de nuestra gloriosa Bandera, Gral. Dr. Manuel Belgrano "Ay, Patria mía!!"
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