martes, 31 de marzo de 2009

MARÍA SIMMA

Desde muy joven la apóstol de las almas deseó servir a Dios como religiosa y a pesar de sus dos intentos, el Señor le tenía preparado otro camino. Su primera visita de las almas la recibe con algo de temor pero fortalecida por la luz del Espíritu Santo y las orientaciones de su director espiritual, comienza a comprender cual era su misión: ayudar a las almas del purgatorio. En no pocas ocasiones el demonio la atormentó e intentó impedir su apostolado pero la confianza amorosa en la Virgen Santísima la libró de éstas contrariedades. María, apenas sabiendo leer y escribir, llegó a dar conferencias en distintos lugares de Europa y toda su vida vivió de la crianza de los pollos de los cuales vendía sus vísceras y plumas siendo esta su única fuente de ingreso. Fue visitada por muchos Obispos, sacerdotes, religiosas y fieles, que al principio la miraban con cierta desconfianza hasta que entendían cual era su verdadera misión. (Primera parte)

No hay comentarios: